VENUS

Pídeme el mar
y seré el ascua que evapore inmensidades,
dejando la sal y la herida.
Pertenezco a ti
como el aire que circunda tu hermosura:
sangre y transfusión dispuesta siempre.
Buscaremos la luz en el crepúsculo,
donde todo languidece triste.
Despiértame bella durmiente
si caigo alguna vez anestesiado;
no permitas que los buitres sobrevuelen
las columnas que sustentan nuestros nombres.
Eres matriz y esencia,
melodía cadenciosa en mi interior
eternamente habilitada a conmoverme.

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