LA GLORIA DE LA OFENSA



Bienvenido al paraíso ciego del sinsentido.
Hoy la nieve llora amargura y el sol nos da la espalda
negándonos su simetría.
Fragmentado y sólo queda el espíritu de la bondad.
Brillo corroído, vulgar tormento de lodo que anula voluntades
asentándose en el  bancal de las miserias ajenas.
Son rostros desencajados, afilados de sordidez
donde el amor nunca posa sus alas por miedo al cataclismo.
¿Cuántas verdades existen en este tiempo sin respuestas?
Al alza cotizan  baratijas  en el mercado de lo zafio,
mientras los justos asisten impávidos a la gloria de la ofensa.

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