ATARDE(CERES)
DISIDENCIA Y VACÍO
Noche:
la del profeta sin
memoria,
goce continuo la
palabra
cuando la indiferencia
trepa por las sombras.
Jugábamos a construir
puertas
donde otros alzaron
negros muros.
Fue la música lo que
nos salvó la vida
y aquellas ganas
irrefrenables de saltar al vacío,
lo que nos convirtió
en ángeles sin dioses
en ícaros decrépitos
con miedo a volar.
HACE TANTO TIEMPO QUE PARECE QUE FUE AYER
Todavía quedan lugares
que me transportan
hacia los días
donde el invierno,
oveja negra de las
estaciones,
conservó nuestro amor
de la ruidosa carcoma
estival.
Fue el calor,
quizá esa luz
cegadora,
lo que consumió
el fuselaje de los
lazos que nos unían
hasta hacernos caer.
El tiempo ha puesto
espacio
y la erupción apagada,
sólo permanece
en la memoria callada
del escalofrío,
donde cauterizan las
heridas
de un tiempo que no
volverá.
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